Edición limitada, solo una vez.

Una colección y, al mismo tiempo, un gesto encapsulado, un juego en forma de cerámica que no es solo objeto, sino experiencia. Dentro de cada caja, dos bandejas de gres robustas, pensadas para usar sin miedo, y un cuenco pequeño, discreto. Las palabras “TECOMO _ COMEME”, escritas a mano una por una, como un susurro que se repite en voz baja.

Una frase que puede ser deseo, broma, provocación o ternura; depende de quién la lea y en qué instante.
TECOMO- COMEME nació para Sant Jordi, adaptandose a la tradición aunque algo desviada, para recordar que el amor también se desvía, también se transforma.

Además de la cerámica, cada caja guardaba un librito escrito, estampado y encuadernado a mano, con un poema escondido; un globo en forma de corazón; una fotografía numerada; una rosa; y un certificado de autenticidad que daba fe de que cada conjunto era único.

Era, más que un regalo, un mensaje transformado en objeto, una insinuación servida en la mesa, un guiño imposible de olvidar.

TECOMO-COMEME : lo das o lo guardas, pero siempre dice más de lo que parece.